Buenos días,
¡Maravilloso¡ Así fue nuestro fin de semana en el Hotel de las Bodegas de Marqués de Riscal. Creo que para una escapada romántica y de relax es un viaje absolutamente recomendable. El hotel está diseñado por Frank Gehry y la fachada está hecha de titanio y aluminio con tres colores que evocan el color de la uva (morado) el color de la red típico de la botella de esta bodega (dorado) y el blanco que hace referencia a la etiqueta de la botella.
Desde Madrid tardamos justo tres horas en coche, así que es una escapada perfecta de fin de semana. La llegada al pueblo de Elciego que es donde están ubicadas las bodegas, es un conjunto como mínimo sorprendente. La mezcla de lo antiguo con lo ultra moderno a mi particularmente me dejó sin palabras.
El hotel tiene dos zonas: la principal donde está la recepción, vinoteca, algunas suites y los restaurantes y la zona del spa que está al cruzar la pasarela y donde están ubicadas las otras habitaciones con terraza y salida directa a los viñedos.
Nos recibieron con un mosto (¡como no¡ ¡hasta las amenitiés están elaboradas con uvas¡).
El trato del personal del hotel y las habitaciones muy bueno. Como puntos negativos, la decoración (muy fría y minimalista) y algunas zonas como el suelo de acceso a la vinoteca o el olor de spa, no tan cuidadas como debería ser en un hotel de estas características. No me quiero olvidar de los precios de la vinoteca y el lounge bar, me parecieron excesivamente elevados.
Por la tarde fuimos al spa que tiene jacuzzi, baño turco y piscina. Una hora de relax fantástica.
La vinoteca, con una terraza con vistas al pueblo de Elciego.
En esta foto podéis apreciar lo que os comentaba del mix de la arquitectura moderna con la iglesia del pueblo de Elciego cuya visita no os podéis perder. Sobre todo el retablo de la iglesia es espectacular.
Cenamos en el restaurante llamado Bistró, aunque también os podéis dar el capricho de comer en el otro restaurante del hotel que tiene una estrella Michelín.
Tomamos unas carrilleras y un queso de cabra. No teníamos mucha hambre porque nos habíamos tomado un buen aperitivo en el pueblo de Laguardia, que por cierto, si vais no os perdáis sus barras de pintxos.
El domingo hicimos la visita a la bodega de Marqués de Riscal con cata incluida, en la que te explican todo el proceso del vino: elaboración, embotellado y empaquetado. ¡Muy interesante¡
Aquí os dejo «la joya de la corona» en la que tienen guardadas botellas (cerradas bajo llave) desde el año en el que se fundaron las bodegas 1858.
Pues esto es todo, que no es poco. Espero que os haya gustado y que si algún día os podéis hacer una escapada, no lo dudéis.
♥♥♥Besos♥♥♥