Buenos días a todos,
A lo largo de mi vida, he tenido enganchones, enfados y porqué no decirlo también soberanos cabreos con muy distinta gente. Padres, hermanos, amigos, familia, pareja y tengo que reconocer que me resulta tremendamente difícil gestionarlos. Adopte la actitud que adopte, me siento mal, le doy vueltas a la cabeza durante mucho tiempo lo que me lleva a dormir mal y estar de un pésimo humor.
Analizando un poco mis reacciones, creo que me decanto con tres a la hora de afrontar estas situaciones:
– Decido dejarlo pasar para que no vaya a mas, entonces te echan en cara que has pasado de todo y que te importa todo un comino.
– Opto por la actitud de: «quiero que sepas que estoy dolida, aunque no te lo digo» . Me hago un poco la digna. Creedme tampoco funciona, principalmente porque soy bastante bocazas y al final acabo soltando algo inconveniente.
– Si tengo un enfrentamiento y le digo a la persona lo que me ha sentado mal, generalmente acaba mucho peor. Porque, siempre se dicen cosas que realmente no piensas o incluso al final ninguno de los dos reconoce su parte de culpa, lo que implica una frustración mayor.
Y me preguntaréis y ¿a qué conclusión has llegado?
Pues francamente tengo que deciros que lo mas obvio, es intentar no llegar a esa situación de cabreo que estamos comentando porque una vez que has llegado a ella ¡No hay retorno!
Así que para acabar el post de una forma positiva, os dejo cuatro cosas que pueden ayudarnos en el día a día a relacionarnos con los demás y que la convivencia sea mas fluída sin tener que llegar al estado que todos queremos evitar. ¡Pongamos nosotros un poquito de nuestra parte!
Yo, voy a intentar ponerlo en práctica desde ya. Y a todos mis amigos, familia y pareja si he hecho algo que os haya molestado, os pido perdón desde aquí.
¡Os quiero mucho a todos!
¿Veis como no es tan difícil?